Esta mañana, como todas salí a correr. El día estaba nublado, pero no amenazaba con refrescar mis zancadas. Hoy quería hacer 20km y me puse a ello. Cuando entré en los caminos cercanos al bosque ví un corredor un poco más adelante al que dí alcance enseguida. Se volvió al oir mis zapatillas tocar el suelo.Hola- dijo. Y nos pusimos en paralelo, corriendo juntos. Al principio la conversación versó sobre el mundo del correr. Nos contamos nuestros currículums y nuestras aspiraciones. El ritmo que llevabamos no era fuerte, y nos permitía hablar con fluidez. Mi acompañante era jóven, alto y rubio. Y corría con mucha comodidad. En una subida los dos callamos y al llegar arriba me preguntó: "qué hace la gente cuando tú corres?". No entendí la pregunta y le miré extrañado, pero él me devolvió la mirada y era una mirada que esperaba respuesta.
-No lo sé, no me he parado a pensarlo.
-¿no te has parado a pensarlo?
-Pues supongo-empecé a tratar de razonar-que la gente cuando yo corro hace lo que tiene que hacer, trabajar, descansar, andar, jugar, conducir...
-¿es eso lo que crees?- dijo de nuevo con esa mirada a la espera de respuesta.
Empezaba a sentirme incómodo. -¿qué hacen sino?-le dije quitándome el peso de tener que responder algo que no sabía bien cómo hacerlo. Y entonces él apretó el ritmo. Yo me puse de nuevo a su lado, miré el fore y ví que íbamos a 4.38´´ - ¿qué hacen sino?- le volví a preguntar y él de nuevo dió otro apretón. El fore ya marcaba 4.20´´ y la respiración ya me empezaba a impedir habar. El se giró y dijo:
-cuando tú corres la gente no existe.
Yo me paré en seco y ví cómo se alejaba rápidamente a un ritmo enloquecido. Enseguida desapareció en una curva. Y yo seguía ahí parado. Respirando profundamente para calmar mi corazón.
-Bah. Pensé, y continué corriendo.
Ahora estaba en una zona de bajada hacia el pueblo en el que tenía el paso de los 10k y donde daba la vuelta para volver a casa. Crucé un puente y entré en el pueblo. El correr por las calles era fluido y a buen ritmo. Tres calles más y tengo una fuente. Qué raro, está todo muy vacío, pensé. Mire el reloj. Eran las doce de la mañana, pero no se veía a nadie. Paré en seco. Una anciana salía de un portal, por detrás una furgoneta me pitó para que le dejase pasar. Unos niños jugaban con la nintendo en un portal. Emprendí de nuevo mi carrera, me giré y no ví a los niños ni a la anciana ni la furgoneta...
De nuevo no había nadie. Y de nuevo me paré. Una chica jóven pasó a mi lado y escondió su mirada. Un chico llamaba a su perro. Abrí y cerré los ojos. Volví a correr y de nuevo me quedé solo. Salí del pueblo y tomé la carretera que me llevaba hasta casa.
Corría riendo. Contento y feliz.
Y con la certeza de que seguiría corriendo el resto de mi vida.
20 comentarios:
Que guapo el relato,me ha gustado mucho.Pero es verdad que hace la gente mientras corremosjajajajjajaja
Que guapo el relato,me ha gustado mucho.Pero es verdad que hace la gente mientras corremosjajajajjajaja
Bonita entrada. Desde luego si te paras a pensar tienes razón, cuando corremos nada existe a nuestro alrededor, solo nosotros, nuestra pisada, nuestra respiración, nuestro crono, nuestro, nuestro, solo nosotros, y sin duda en nuestra soledad pasamos uno de los mejores momentos del día.
Un saludo.
Está bien el cuento. Parece un sueño. Y creo que al correr, sobre todo largas distancias, uno entra en contacto con el simbólico mundo de los sueños. Supongo que una manera de entenderlo es que a veces cuando uno corre, cuando está apretando el ritmo y controlando la postura, los tiempos, la respiración, las sensaciones de las piernas, está muy en sí mismo. Al parar, sale uno de dentro y vuelve a la dimensión de conciencia más habitual y a percibir al resto de las personas. No es que no las veas, porque si se ponen en el camino las esquivas, pero no las percibes como habitualmente se hace. Un poco zen, me ha gustado.
Josera
Muy bueno, por un momento pensé que estaba leyendo un relato de un anuncio o alga parecido, oye! paténtalo para un anuncio de Nike, jejeje, un saludo.
Que bonito relato!! Me ha hecho reflexionar! Gracias!
Saludos!!
Nada que decir a lo que ya han dicho antes que yo; perfecto, muy bueno; un abrazo, te sigo leyendo.
Genial, Rafa. Buenísimo. con tu permiso, me lo copio en una carpeta y me lo guardo como un tesoro.
Felicidades.
muy bueno , si señor , un abrazo
Yo si lo se, cuando Yo corro, la gente duerme ;-)
Me a gustado tu comentario de hoy, como al resto de compañeros supongo que nos hace razonar en este estupendo deporte y pensar cuando uno corre es libre, es estupendo.
Saludos amigo.
Bueno, muy bueno.
corre!
muchas veces cuando corres lo que hace la gente es pensar q estamos locos.
de todas maneras he recogido tu mensaje.
un abrazo
Un relato muy inspirado y con mucha razón. "La gente no existe". En realidad muy pocas cosas existen cuando salimos a correr, tal vez sólo nosotros y a veces ni eso. Quién quiere un psicoanalista teniendo el running, digo yo.
Un saludo!
Un buen relato de las cosas que ocurren a diario y que muchas veces pasan desapercibidas.
Saludos
Me ha gustado el post, me alegro de que hayas tomado esa decisión.
Me ha encantado, Rafa. Es un relato que hace reflexionar. Es cierta esa sensación de que cuando corremos nos abstraemos de tal manera que parece que el mundo se diluya, lo has explicado muy bien.
Ahora, también es cierto que ese joven alto y rubio bien pudiera haber sido algún marciano... jo! Vaya salida tuvo el gachó... yo me hubiera quedado helado...
Un abrazo.
El rubio no se quien podia ser pero Forrest Gant , apunta ... me gusto el relato . No se somos tantos en esta pelota que es el munod que hay de todo , pintores , amas de casa , realizadores de crucigramas , amantes de las mariporas , criadores de canarios . Es bueno tener una aficcion y todas son bonitas , la nuestra la mas bonita ... un saludo .
Publicar un comentario